- Fotogalería de la Copa ECYD 2022
- Vídeo resumen de la Copa ECYD 2022
- Vídeo | La delegación de ECYD de Everest School Monteclaro gana la Copa ECYD 2022
El P. Nathan Wayne, L.C., es el director del ECYD masculino de Everest School Monteclaro, la delegación que ha ganado este año la Copa ECYD. El padre nos comparte sus impresiones y sobre todo nos habla de que “ser el mejor en algo es complicado”, pero “en la santidad no hace falta mucho talento y no hace falte suerte: realmente ser santo es, primero, pedírselo, ponerse en el lugar más humilde, y es dejar que Dios te haga perfecto”.
Nathan-. Para nuestra Delegación ganar la Copa ECYD es comprobar que Dios es el que nos hace santos, que la santidad no es fruto solamente de nuestro trabajo y esfuerzo, pero es un poco de lo que pongamos nosotros y mucho de lo que pone Él.
No es una Copa que hayamos vivido perfectamente, como la vida no la vivimos tampoco perfectamente, pues consiste en vivir en el Hijo, que es el que es perfecto, y el que hace brillar esta Copa que está en nuestras manos. Somos conscientes de que no somos los únicos que lo han hecho bien, pero Dios ha querido regalarnos esta Copa a nosotros este año.
Ser santo es dejar que Dios te haga perfecto
Ser el mejor en algo es complicado, es lo más difícil humanamente. Ser profesional del fútbol, ser profesional del básquet, requiere mucho talento y mucha suerte. Mientras en la santidad no hace falta mucho talento y no hace falte suerte. Realmente ser santo es, primero, pedírselo, ponerse en el lugar más humilde, y es dejar que Dios te haga perfecto. Somos perfectos en Él. Y creo que esa ha sido la lección de esta semana: que hemos puesto nuestro 1% en la masa, y Dios ha puesto su 99%. Y eso ha hecho que pase algo muy especial. Así es que estamos muy agradecidos por esta copa que ha sido un regalazo y ha traído muchísima alegría, una alegría que solo Dios puede dar. Creo que esto más o menos expresa lo que todos hemos sentido.
Responsables: dejar a Dios formar
Hemos tenido un equipo de responsables y staff muy muy buenos, y para mí personalmente ha sido una experiencia de dejar a Dios formar por medio de nosotros a estos apóstoles que luego han sido de hecho los que han hecho todo el trabajo con estos chicos, y los han formado, y les han lanzado al campo.